Apenas abro los ojos y ya reclamas.
¿Tienes todo y aún así eres infeliz?
No quiero meditar sobre lo que forma la felicidad,
solo se que mi vida es feliz
y la tuya mínimo no lo parece.
Con todo te mantienes inconforme
y ni siquiera razonas lo que destruyes a tu paso.
Se olvidan las calaveras,
los calcetines y los plumones…
solo yo puedo salvar el día de nuevo.
Tu vida es demasiado ocupada para tres espacios más,
mínimo para el mío,
siempre me ves como si fuera el gran error de tu vida
(nótese las cualidades del silencio).
Tengo 18 inviernos así que
¿Qué opinas? ¿Puedo morir aquí?
Luego te vas y yo me quedo con dos no se que cosas…niños?
Y es como si fueran míos.
Ahora me alejo del castillo maldito,
me dicen: ¿Qué bonito amaneció hoy no?
Yo solo respondo con la misma frase
mientras una lágrima cae en mis dedos,
estropeando mi maquillaje...

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