El insomnio se produce por falta de ganas para leer, rehusarse a adelantar tareas y mandar la mente a lugares que no son el presente.
Una taza de café con leche y una cucharada de azúcar lo alargan, hay fiestas canceladas, casinos sin jugadores, niños viendo películas…otros simplemente no queremos dormir.
En algún lugar alguien hace un ensayo literario, otros adelantan trabajos de investigación y unos cuantos dibujan cómics filosóficos.
Otros estamos frente a un monitor como noches atrás, reímos ante quien no nos ve o expresamos alguna otra emoción.
Los que sueñan despiertos miran al cielo para ver las estrellas, otros miran el mismo cielo imaginando que a su lado está la persona amada.
Hay quienes se ven al espejo para platicar consigo mismos y cuestionar todo lo que hacen, toman decisiones o se arrepienten de las ya tomadas, quizá terminan sin decidir nada.
En pocas palabras: el insomnio se produce por salir de la realidad para entrar a lo añorado.