Por fin llegó eso…
Aún no puedo ni decir que no te quiero, nadie lo creería, mucho menos tú y yo.
Te extraño más que siempre, tú no escribes, no hablas, nada de nada. Por mi parte yo escribo y mando mensajes en botella que recibes pero no abres, lo sé.
En ocasiones la imagen de ella a tu lado me sigue por todos lados, el punto es que no la conozco y sólo se ve una especie de sombra.
El corazón se cae a pedazos cada día como si fuera una gotera de sepa que cosa, curioso, hay goteras pero la lluvia fue la semana pasada.
Un espacio en blanco invade todo mi vacío, no puedo pintarlo porque necesito color, mi verde se ha secado y mi rosa está muy pálido.
Un disco de marichi...yo que te quise tanto quiero que seas feliz, es todo lo que pido en ésta despedida sin reproches y sin llantos.
Llegó...por fin llegó.

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