Retaremos al tiempo antes del amanecer hasta que nos sea posible, he perdido todo el frío a pesar de que sigue lloviendo tras la ventana.
El pequeño universo crece cada vez más y todo lo que lo compone se viste de vida y color por la fuerza de una nueva promesa. Al mismo tiempo nada era igual y nada era diferente...
Hubo una gran celebración: lluvia, viento y relámpagos, las plegarias llegaban al cielo y después de muchas noches en vela volveríamos a dormir tranquilos uno al lado del otro.
El invierno había terminado su efecto sobre este amor que inició en primavera y se consolidó en verano.

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