Presa en mi inconciencia escuchaba relatos fantasticos en la boca de los taxistas, espectadores de vidas sin contar la suya propia. Victimas del dia a dia, alguna vez hice llorar a uno por recordarle la infidelidad de su ex-esposa, otro me contaba sus frustraciones por no estudiar y su mal salario; alguna me contaba lo feliz que era su vida con su pareja y su ninia viviendo de manera decente y sin mucha preocupacion.
Viajar en el taxi es cerrar los labios para hablar conmigo misma, pensando en las ilusiones que me hacen sentir las cosas de nuevo a flor de piel y despertarme riendo sin parar.
Las ilusiones de hoy no vuelan en el aire, tengo que mover un poco la cabeza para verlas, en este segundo se encuentran distantes, tal vez pueda verlas maniana, hoy solo las recuerdo. Al unirse no forman el hada de cenicienta, forman el principe azul.
Inventaba una historia fantastica con todos los recuerdos que poseo, caminos por un lugar con arboles, gotas de lluvia y chocolates, platicas de las actividades diarias y formas de pasar las medias noches uno al lado del otro observando aviones por la ventana.
Hiistoria que no le relato a ningun taxista, tal vez si yo fuera uno de ellos, tal vez si quisera que alguien desconocido escuchara lo ordinario de mi vida donde amores de suenio andan por alli esperando tener alguien que los escuche...solamente eso.