Comenzaba a caminar minutos antes de que el sol saliera,
me gusta ser abrazada por la niebla cerca del mar
y por el aire recien expirando de la naturaleza.
Cada maniana al recibir el primer rayo de sol
se viven nuevas probabilidades de sonreir,
ese calor es un regalo.
La mente tiene momentos profundos de lucidez,
uno como el actual semipermanente.
Duermo al son de la primera estrella que aparezca,
un deseo recien nacido, para meditar mientras se suenia.
Es como el ave que canta
sea cual sea la estacion temporal,
horario de verano o invierno,
siempre un forma de despertar,
siempre una esperanza de estar alegre...
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