Sin pies ni cabeza

Me cansé de esperar.
Yo nunca he querido ser como la chicas de revista,
admito tomar consejos pero no llego a tanto.

La realidad, dista mucho de todo lo que imaginé.
Soy una madre en casi todos los aspectos
y justo en este momento estoy aterrada por lo que se que viene.

Y a pesar de todo lo doy por hecho,
citando a la célebre gata bajo la lluvia
"tú te vas y yo me quedo aquí".

Me iré al otro lado del mar y no por las razones antes mencionadas,
aunque aclaro, razones muy queridas y muy soñadas.

Aquí se quedan las amistades que sobrevivieron a la primer limpia,
aquellas que extraño y que me hacen sentir amargada porque nada es como antes,
pero como todo ser humano, el cambio es necesario y algún día habría de llegar.

Yo lo quiero pero no me quiere,
por salud mental hay que retirarse a tiempo,
sobre todo reconocer el momento,
aunque nos duela aceptarlo,
Natalie Portman, bueno, Jane Jones tiene razón
"siempre hay un momento".

Harta de que los días pasen tal como el anterior
haciendo todo y nada
vamos a mudarnos a la tercera etapa,
esa emancipación que en mi caso no tengo idea de lo que me haga,
espero por todo lo bueno del mundo conocido y desconocido
que sea como la historia del bambú que Angie amablemente envió.

Era momento de volver a escribir,
respirar aunque fuera de manera virtual,
la boda, los niños tendrán que esperar,
vamos con los preparativos de esa persona que quiere moverse
hacer lo que pocos o nadie,
funcione o no,
hay que hacer todo lo posible...

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