Tengo 32 (casi 33 años) y estoy iniciando una nueva aventura laboral.
La verdad es que tenía rato queriendo compartirles esta experiencia pero lo que intentaba escribir sonaba medio "fifí", ya lo había dejado de lado hasta que platicando con una prima me comentó que las mujeres no solemos hablar mucho sobre dinero y ¿qué creen? ¡Gran error! Hay que hacerlo más seguido, así que aquí va mi granito de arena para todos.
Estudié comunicación en la universidad y batallé horrible para encontrar mi primer trabajo, era frustrante hacer gira por la ciudad para entregar currículums y no recibir llamadas. A la larga se dieron las oportunidades y hasta ahora no sé si mis trabajos eran pesados por su propia naturaleza o porque yo los hacía así queriendo hacer lo mejor posible en todo.
Pasé por los inicios de una agencia de mercadotecnia digital (cuando el asunto no era tan popular), una incubadora de negocios, por un medio digital bilingüe, por una revista regional, por una empresa que genera contenido para internet y ha crecido como no tienen idea y como por arte de magia, volví a la agencia de mercadotecnia digital donde todo inició. Los títulos están de más pero sí les diré que en la gran mayoría -si no es que en todas- llegué al nivel más alto que pude, de ahí seguían los dueños, así que "esta fresa ya no era de esa mermelada".
Amo estar en mi casa, cocinar, atender gente y ayudar a rescatar perritos, pero poder ejercer mi lado profesional es algo que me ha dado grandes satisfacciones, plenitud personal y como siempre vi a mi madre trabajar, crecí con ese chip de "tu independencia comienza en tu bolsillo". No me mal entiendan, respeto mucho a las mujeres que eligen algo más, pero en mi caso esto ha sido lo más funcional (todo se vale).
El asunto es que jamás fui buena administradora de mis finanzas y aún sigo aprendiendo, mi marido ha tenido mucho que ver. Mis padres trabajaron muchísimo y afortunadamente hoy tienen posiciones desahogadas, por lo que al crecer el dinero no fue un gran problema. Fue hasta que trabajé que entendí lo difícil de ganar cada peso y lo importante de saber en qué/cómo gastarlo.
Mi marido me recomendó al principio de nuestro matrimonio hacer una lista de todo lo que gastaba, ahí vi un montón de gastos inútiles, después sugirió hacer un presupuesto con fechas de lo que debíamos pagar y el dinero que teníamos, se pagaban primero los recibos, se separaba lo del mandando y la gasolina y finalmente veíamos cuánto se podía ahorrar o cuánto se podía gastar en "extras".
También estuvo el consejo de oro que me dio la hermana de uno de mis mejores amigos: "Siempre que quieras comprar algo pregúntate si es urgente, si es necesario o qué beneficios brindará a tu vida".
Ese sistema funcionó muy bien hasta que llegué al punto de emprender mi propio negocio. Verán, recién terminé una maestría en Mercadotecnia y Medios Digitales, aún sigo aprendiendo porque los clientes son todo un enigma y es imposible generalizarles cuando las necesidades de unos y de otros son distintas. La agencia donde estaba tenía un sinfín de proyectos y aunque empezamos bien, al final ya iba con otras ideas en las que no quería enfocarme. Total, empecé a contactar gente, a enviar cotizaciones, me reuní con un contador, me di de alta y listo.
Ahora trabajo desde casa, estoy por organizar un pequeño espacio como mi oficina y estoy en el proceso de aprender a administrar mis finanzas personales nuevamente, porque los clientes pagan en fechas distintas, ya no son fijas como cuando trabajaba en alguna empresa y eso nos ha movido el esquema, además tengo colaboradores y siempre trato de pagarles primero porque odio deber dinero. Es un reto, mi marido trabaja pero jamás me ha gustado atenerme a lo que él gana, de hecho, me cuesta mucho que pague algo y no aportar, lo hace con todo el amor del mundo pero aún es algo que tengo que trabajar, ya les contaré más de eso en otro post...
En resumidas cuentas, lo que quería decirles es que infórmense y hagan un plan de finanzas personales, revisen en qué gastan su dinero y traten de eliminar los gastos hormiga, ahorren lo que pueda porque cada vez hay menos prestaciones en los trabajos y si eres tu propio jefe tus ahorros dependerán de ti mismo. Algún tiempo tuvimos tarjetas de crédito y fue un caos, personalmente decidí que para mí son un peligro y luego de pagarlas las cancelamos, hoy simplemente trato de no comprar lo que no necesito (aunque hay cada tentación...ya sabrán).
No todos podemos emprender, no todos vamos a dar lo mejor en una oficina. Así como cada cabeza es un mundo, todos podemos elegir en dónde brillar y no hay una edad donde digas "ya se me fue el tren de crear algo nuevo", tampoco se trata de tener carrera o no, los oficios siempre serán necesarios, la clave es saber hacer algo que sea útil a los demás y hacerlo con calidad.
Con todo y mi carrera y mi maestría, también lleno formatos para visas y saco citas para pasaporte a personas de primera vez o renovación. Alguna vez consideré vender pañoletas para perro por el éxito que tienen las que usan Nala, también pensé en tomar cursos de edición digital de imágenes o repasar lo que sé en el after effects (la gran mayoría lo olvidé). En el peor de los casos puedo vender comida porque creo que no cocino tan mal, también pensé en un curso de computación básica para adultos mayores, como de la edad de mi madre hacia arriba. ¿Se dan cuenta? Cuando nos permitimos aprender algo nuevo o la propia curiosidad nos lleva a profundizar en lo que ya sabemos surgen nuevas oportunidades, quizá la clave para ser útil económicamente es aprender todo lo que podamos y de ahí elegir qué podemos ofrecer.
Las finanzas personales van de la mano con lo que podamos ofrecer, si gustan leer más al respecto hay muchos blogs y el libro de "Pequeño cerdo capitalista" escrito por Sofía Macías que ayuda a colocar orden en temas monetarios.
¿A ustedes qué les ha funcionado? Comenten, todas las ideas son bienvenidas y nunca saben a quién pueden ser de ayuda sus experiencias.
Comentarios
Desde que me independice y compré un vehículo, tuve que poner prioridades.
Alguna vez una amiga contadora me dijo esta frase: No puedes gastar más de lo que ganas, me quedo tan grabada que a pesar de tener tarjeta de crédito, no me causa tentación y solo la utilizo para pagar gasolina y así ir acumulando puntos que después utilizo para consentirme con maquillaje o cosas de skicare :)
saludos para ti y Nala bebé.